El foco de los síntomas del TDAH es una serie que profundiza cada semana en un síntoma característico o ignorado del TDAH. Esta serie está escrita por expertos que también comparten sus consejos para manejar estos síntomas basados en la experiencia de primera mano y en la investigación respaldada por los conocimientos.

Cualquiera puede ser desordenado o tener esos días en los que simplemente te olvidas de empacar tu almuerzo o inexplicablemente encuentras tus llaves en el congelador. Sin embargo, con el TDAH, la desorganización alcanza un nuevo nivel. Es crónico y omnipresente, a menudo a pesar de nuestros mejores esfuerzos por mantenernos organizados. Aunque consigamos parecer organizados por fuera, mantener la imagen requiere un esfuerzo monumental y acabamos resbalando de vez en cuando.

Cómo se manifiesta la desorganización en el TDAH

A pesar de lo mucho que puede afectar a la vida de una persona, también puede ser difícil definir exactamente qué significa o qué aspecto tiene la desorganización, ya que se manifiesta de diferentes maneras en cada persona. También puede aparecer en cualquier parte: en nuestro entorno físico, en nuestra forma de pensar y planificar, e incluso en nuestra forma de hablar. A continuación, te presentamos algunas señales diferentes que puedes buscar.

En el entorno físico, la desorganización tiene el siguiente aspecto:

  • Mucho desorden
  • Tendencia a guardar los objetos en montones visibles en lugar de en cajones o armarios
  • Olvidar con frecuencia las cosas que necesita (por ejemplo, no llevar los deberes al colegio o ir al trabajo sin uniforme)
  • Perderse entre sus pertenencias
  • A menudo se olvida de guardar las cosas cuando termina de usarlas

En el pensamiento y la planificación, la desorganización se ve así:

  • Olvidar las citas o los plazos
  • Dificultad para mantener una rutina
  • Salto frecuente de una tarea a otra de forma desordenada y a menudo sin terminar ninguna de ellas
  • Dificultad para dividir los proyectos a largo plazo en una serie de pasos estructurados
  • Dificultad para recordar información específica cuando se le pide (por ejemplo, “quedarse en blanco” después de que alguien le haga una pregunta cuya respuesta conoce).

En el discurso, la desorganización tiene este aspecto:

  • Contar historias menos coherentes sin una progresión clara desde el principio, pasando por el medio hasta el final.
  • Incluir referencias ambiguas y detalles innecesarios que parecen irrelevantes o desconectados de otros.
  • Saltarse la secuencia o contar la historia fuera de ella
  • No llegar a una solución o punto claro

¿Por qué las personas con TDAH son desorganizadas?

La respuesta corta: probablemente se deba a anomalías en el córtex frontal. Muchos de los síntomas más comunes y perturbadores del TDAH están relacionados con las funciones cognitivas que tienen lugar en esta región del cerebro.

En un estudio a gran escala, en el que los investigadores escanearon los cerebros de más de 2.200 personas con TDAH y 1.900 sin él, encontraron diferencias estructurales significativas en la corteza frontal de las personas con TDAH.

La organización es una de las habilidades que podrían verse afectadas por esto. Una posible complicación de una corteza frontal anormal es la escasa memoria de trabajo, es decir, la capacidad de mantener una pequeña cantidad de información relevante en la mente para poder acceder a ella rápidamente: recordar qué tres cosas fueron a buscar a la tienda o dónde se pusieron las llaves.

Por eso, muchas personas con TDAH lo compensan utilizando señales visuales. Hacen listas o ponen las cosas que necesitan en algún lugar donde puedan verlas, para no olvidarse. De ahí la tendencia a guardar las cosas en montones sobre las mesas y las sillas en lugar de en cajones y armarios.

Cuando se combina esto con la tendencia a dejar caer la cosa donde está cuando se hace uso de ella, en lugar de ponerla donde debe ir, el resultado es un espacio muy desordenado.

Aunque la persona que ha creado el desorden puede navegar por él mejor que los demás, aún así puede acarrear problemas. Las pistas visuales no funcionan tan bien si los objetos que has guardado deliberadamente están enterrados bajo los que acabas de dejar porque has terminado con ellos.

En el trabajo o en la escuela, esto puede llevar a una dispersión de proyectos a medio terminar y a una dificultad para seguir el rastro de tu trabajo.

Cómo afrontar la desorganización

Cuando busques formas de organizarte como persona con TDAH, un primer paso importante es gestionar tus expectativas. Un poco de desorden, tanto en tu entorno como en tu vida diaria, viene con el territorio. El objetivo es encontrar estrategias que ayuden a minimizar las consecuencias negativas de la desorganización, sin exigir la perfección ni malgastar energía en “arreglar” cosas que son más un capricho que un problema.

Haz tu propia agenda

Si tienes TDAH, sin duda habrás escuchado la frase “usa un planificador” más veces de las que puedes contar. También es probable que hayas intentado empezar a usar uno más veces de las que puedes contar. En mi experiencia, se necesita mucho ensayo y error para encontrar un método que funcione para ti y no hay una sola manera correcta de hacerlo.

Teniendo esto en cuenta, he aquí algunas cosas que me funcionan:

  • Tener una opción de borrado. Si utilizas una agenda de papel, escribe con lápiz. Por mucho que haya mejorado a la hora de fijarme unas expectativas más realistas, sigo tendiendo a reajustar mi día o a tener que cambiar las cosas de sitio. Cuando solía escribir a bolígrafo, mi agenda parecía simplemente un monumento a todas las tareas que no terminaba a tiempo.
  • Tener múltiples horizontes temporales. Ayuda a tener una visión global de todo el mes, así como espacio para planificar cada día individualmente. Tengo un calendario mensual en la pared para que las citas o los plazos estén siempre a la vista. Luego, tengo una agenda semanal con espacio para rellenar las listas de tareas de cada día.
  • Manténgalo a la vista. Sé que un escritorio vacío parece más limpio, pero he descubierto que si escondo la agenda en un cajón, es poco probable que vuelva a salir. Mantener la agenda abierta para el día en curso actúa como un recordatorio constante de lo que estoy tratando de hacer.
  • Anote la cosa inmediatamente. Incluso si se trata de un plan vago, como el de un amigo que dice “vamos a tomar algo pronto”, puedes poner “elegir una fecha para tomar algo con un amigo” como tarea en tu planificador. Si no lo hace, es posible que se olvide por completo, lo que podría malinterpretarse como fragilidad o insensibilidad.
  • Sea específico. Para los proyectos más grandes, de varios días, me resulta útil escribir específicamente lo que tengo que hacer para cada día, en lugar de un genérico “trabajar en el papel X”. Si tienes que escribir una redacción para la clase, no te limites a anotar la fecha de entrega. Anota las partes del proyecto que tienes que hacer cada día.

Utilizar mapas mentales en lugar de esquemas

Yo lo hago para escribir, pero imagino que también se puede adaptar para desglosar cualquier tarea. Con el TDAH, escribir un proceso paso a paso o un esquema secuencial puede ser difícil. En lugar de intentar averiguar por dónde empezar, simplemente empieza a anotar temas o conceptos que te parezcan relevantes para el tema. Una vez que tenga una colección, busque conexiones y empiece a enlazar cosas para crear una estructura más clara.

Cuando empieces a escribir, escribe sobre cuál de estas piezas te impactó primero. Salta por ahí. Puedes reunir todo al final y utilizar el tiempo de edición para asegurarte de que está cohesionado y fluye.

En el caso de los proyectos no relacionados con la escritura, esta puede ser la forma de dividir una tarea abrumadora en trozos más manejables y te da decenas de puertas al proyecto para que puedas empezar por donde tu cerebro quiera.

Deshágase del exceso de desorden

Mantener objetos fuera para que actúen como señales visuales puede ser útil. Pero si tu casa está llena de cosas que no has guardado, este tipo de desorden puede dificultar la búsqueda de objetos. Si la idea de limpiarlo todo es demasiado abrumadora, empieza por una tarea. Tira la basura o pon los platos sucios en el fregadero. Haz una cosa para que el espacio esté un poco menos desordenado.

Cuando tengas tu espacio libre de desorden, haz tu bestia para mantenerlo. Reserve un tiempo en su agenda para desordenar.

Simplifique sus posesiones

A menos objetos que tengas, menos desorden puedes generar, incluso en tus peores días. Mantengo un armario bastante minimalista. La moda no es uno de mis intereses y la ropa sucia es algo que tiende a crecer en montones enormes e intimidantes. He resuelto este problema donando mucha de mi ropa. Ahora, aunque la ropa sucia se acumule, no puede alcanzar una altura intimidante.

Puedes aplicar esta lógica a todo en tu casa. Si vives solo o con una o dos personas, no necesitas 12 piezas de cada plato. Sin embargo, esto no significa que tengas que renunciar a las cosas que te gustan. No te deshagas de tu ropa si te gusta la moda, por ejemplo. Intenta deshacerte de las cosas que no usas o que no necesitas tanto.

Utilizar las notas como señales visuales

Si tienes la costumbre de salir de casa sin acordarte de coger todo lo que necesitas, pega una nota adhesiva en la puerta de entrada a la altura de los ojos con una lista de las cosas que debes tener antes de salir. También puedes pegar notas adhesivas en la nevera o en el espejo del baño para recordar los plazos cortos, como llevar la tarjeta del seguro a una cita con el médico o llevar el pastel que has hecho para la cena familiar de este fin de semana.

Más información

  • verywellmind.com/how-to-recognize-and-manage-disorganization-in-adhd-5216668