Si a usted o a su hijo les han diagnosticado recientemente un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), no está solo. Alrededor del 5% de las personas de todo el mundo padecen este trastorno.

El TDAH es una condición médica que afecta al desarrollo del cerebro. Como resultado, puede causar síntomas como:

  • Dificultad para concentrarse en las tareas
  • Se distrae fácilmente y tiene tareas inacabadas
  • Dificultades de organización
  • Olvidar o extraviar cosas
  • Imposibilidad de sentarse quieto
  • Sentirse impaciente y tener dificultades para esperar

Este artículo analiza los siguientes pasos tras un diagnóstico de TDAH, incluyendo las opciones de tratamiento y las estrategias de afrontamiento.

Cómo afrontar un diagnóstico de TDAH

El diagnóstico de TDAH puede desencadenar una serie de emociones. Puede experimentar un shock si no esperaba el diagnóstico y le cogió por sorpresa. El paciente puede sentir tristeza o rabia ante la perspectiva de vivir con un trastorno mental y temer lo que esto significa. El paciente puede preocuparse por cómo contarlo a los demás y por lo que pensarán.

Por otro lado, el paciente puede sentirse aliviado porque por fin hay una explicación para todas las dificultades a las que se ha enfrentado. Los síntomas del TDAH pueden causar dificultades en el trabajo o la escuela, en la vida cotidiana en el hogar y en las relaciones con otras personas. Como resultado, a menudo sentías frustración hacia los demás o hacia ti mismo, te sentías culpable de tus acciones o te sentías avergonzado. Los demás pueden haberte visto como un vago, un incompetente, un maleducado o una persona poco fiable. Obtener una explicación de sus problemas puede ser útil.

Una persona a la que se le ha diagnosticado TDAH en la adolescencia o en la edad adulta puede lamentar no haber sido diagnosticada antes. Puede preguntarse cómo ha afectado el trastorno a su vida personal y profesional en el pasado, y de qué tratamiento y apoyo podría haberse beneficiado si la enfermedad se hubiera detectado antes.

He aquí algunas medidas que pueden ayudarle a afrontar el diagnóstico:

  • Date tiempo para procesar esta información: Recibir un diagnóstico de un trastorno de salud mental puede ser un shock. Puede que te sientas como en una montaña rusa emocional: un minuto puedes sentir aceptación y al siguiente enfado o ansiedad. Tómate tiempo para procesar tus emociones.
  • Aprenda más sobre la enfermedad: adquirir conocimientos sobre el TDAH puede ayudarle a entender lo que está experimentando y por qué. También puede ayudarle a entender qué puede esperar en el futuro. La lectura de materiales educativos y las preguntas de su médico pueden ser útiles.
  • Busque apoyo social: Debes confiar en tus seres queridos y compartir tus sentimientos con ellos. Su apoyo puede ser una fuente de consuelo y ayudarle a afrontar su enfermedad. Hazles saber cómo pueden ayudarte.
  • Afrontar el diagnóstico: Puede que te arrepientas de no haber recibido el diagnóstico o que te resulte más fácil fingir que no ha ocurrido. Sin embargo, es importante afrontar el diagnóstico y tomar medidas para controlar y tratar la enfermedad.

Opciones de tratamiento para el TDAH

Aunque el TDAH no puede curarse, los síntomas pueden tratarse para funcionar mejor en el día a día. Las opciones de tratamiento para el TDAH incluyen la medicación y la terapia.

Medicamentos

Los medicamentos para el TDAH se dividen en dos categorías:

  • Estimulantes: Los medicamentos estimulantes, como el metilfenidato, la dextroanfetamina y el dimesilato de lisdexanfetamina, son los más utilizados para tratar el TDAH. Actúan afectando a las partes del cerebro responsables de la atención, la concentración y el comportamiento. Tienen un efecto estimulante en la mayoría de las personas, mientras que tienen un efecto sedante en las personas con TDAH.
  • Medicamentos no estimulantes: Los fármacos no estimulantes, como la clonidina, la atomoxetina, la viloxazina, la imipramina y el bupropión, actúan aumentando una sustancia química del cerebro llamada norepinefrina para ayudar a mejorar la atención y reducir la hiperactividad y la impulsividad.

Su médico trabajará con usted para determinar qué tipo de medicación es la más adecuada para usted, basándose en factores como sus síntomas, su historial médico, otras condiciones médicas y otros medicamentos que esté tomando.

Los medicamentos tienen efectos y efectos secundarios diferentes en cada persona, por lo que es posible que tenga que probar diferentes medicamentos y dosis antes de encontrar el que mejor le funcione. Es probable que su médico de cabecera le dé una dosis baja y la aumente en función de su respuesta a la medicación.

Terapia

Un consejero o terapeuta puede ayudarle a comprender mejor su enfermedad y dotarle de habilidades para afrontarla. Estas son algunas de las formas de terapia que pueden ayudar a tratar el TDAH:

  • Terapia conductual: La terapia conductual tiene como objetivo reforzar el comportamiento positivo y minimizar el comportamiento indeseable. Puede ayudarle a controlar y corregir su comportamiento para que pueda, por ejemplo, esperar su turno o permanecer sentado cuando sea necesario.
  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Esta forma de terapia le ayuda a aumentar la conciencia de sus procesos de pensamiento y cómo afectan a su comportamiento. Por ejemplo, la TCC puede ayudarle a reconocer que está posponiendo la realización de un proyecto porque cree que le llevará mucho tiempo. También puede sugerir soluciones, como dividir el proyecto en partes y abordarlas de una en una.
  • Terapia familiar: El TDAH en niños o adolescentes puede afectar a toda la familia. La terapia familiar puede ayudar a los miembros de la familia a aprender a apoyarse mutuamente y a afrontar juntos el trastorno.
  • Coaching: El coaching puede ayudar a aumentar la productividad y alcanzar los objetivos. El coaching también puede ayudar a los padres de niños con TDAH a ser más serviciales, alentadores y solidarios con su hijo.
  • Grupos de apoyo: Los grupos de apoyo pueden ayudarte a ponerte en contacto con otras personas que tienen experiencias similares. Pueden ser una fuente de apoyo, consejo, afirmación e inspiración.

Puede ser útil acudir a la terapia de un psiquiatra que tenga experiencia en trabajar con personas con TDAH o que él mismo sufra de TDAH.

La derivación para la terapia puede obtenerse de un amigo o familiar, pediatra, médico de cabecera o psiquiatra actual. Muchos colegios también ofrecen apoyo a los niños con TDAH.

Vivir con TDAH

Estas son algunas estrategias de afrontamiento que pueden ser útiles si tienes TDAH:

  • Mantenga una rutina constante: Intenta seguir una rutina constante cada día para ayudar a mantener la coherencia. Guarda las cosas en lugares designados para que sean fáciles de encontrar.
  • Mantenga las distracciones al mínimo: Cuando estés trabajando en un proyecto, siéntate en un puesto de trabajo ordenado, apaga la televisión y limita otros ruidos y distracciones.
  • Planificar las tareas: Puede ser útil planificar el día y dividirlo en tareas. También puede ser útil dividir las tareas que consumen mucho tiempo en trozos más pequeños, con descansos para la actividad entre ellos.
  • Concéntrese en sus objetivos: El TDAH puede dificultar la realización de tareas, lo que puede impedirle alcanzar sus objetivos. Céntrate en tus objetivos y recompénsate a medida que vayas completando pasos en el camino.
  • Llevar un estilo de vida saludable: Llevar un estilo de vida saludable comiendo sano, durmiendo lo suficiente y haciendo ejercicio regularmente puede ayudar a prevenir el empeoramiento de los síntomas.
  • Aprovecha las oportunidades positivas: Realiza actividades en áreas que te gustan, como el deporte, el arte, la música, la danza, el teatro o la tecnología. Encontrar otras cosas en las que eres bueno puede ayudar a aumentar tu confianza y crear experiencias positivas.
  • Tome su medicación con regularidad: es importante que siga las indicaciones de su médico sobre la dosis y el horario de su medicación y que la tome según lo prescrito. Esto puede ayudar a prevenir los efectos secundarios. Por ejemplo, algunos medicamentos para el TDAH pueden provocar una disminución del apetito, por lo que su médico puede pedirle que los tome después de las comidas en lugar de hacerlo antes.
  • Compruebe que no tiene otras afecciones médicas: Las personas con TDAH suelen tener también otras enfermedades mentales. La detección de otras afecciones puede ayudar a garantizar el tratamiento de las mismas.

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