Un niño con TDAH:

  • tiene dificultades para mantener la atención; interrumpe las actividades que ha empezado y retoma la siguiente; no presta atención a los detalles; comete errores por descuido en las tareas escolares;
  • se distrae fácilmente con los estímulos externos; a menudo parece no estar escuchando, estar soñando despierto o estar en otra parte; tiene problemas para seleccionar el estímulo más relevante en ese momento (por ejemplo, la voz del profesor durante una clase)
  • pierde los objetos; es olvidadizo; tiene dificultades para recordar la realización de las tareas o actividades diarias y la planificación;
  • evita las actividades que requieren concentración y atención sostenida (por ejemplo, los deberes);
  • es excesivamente activo; a menudo corre; tiene dificultades para permanecer sentado, se levanta, cambia de posición; juega con los objetos del pupitre/banco mientras trabaja; daña involuntariamente el material escolar;
  • habla rápida y excesivamente; es ruidoso y bullicioso; interrumpe a los demás;
  • es impaciente; es incapaz de esperar su turno en la conversación, los juegos o las actividades
  • tiende a actuar sin pensar o considerar las consecuencias (por ejemplo, tiene un comportamiento que puede causar lesiones, daños o accidentes).

Fuente / Bibilografía

  • https://www.damian.pl/zdrowie-psychiczne/adhd/