El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) suele diagnosticarse en los primeros años de la educación del niño, cuando éste es incapaz de enfrentarse a las tareas escolares y al reto de permanecer sentado en clase durante 45 minutos. Sin embargo, los síntomas del TDAH pueden observarse ya en los bebés. ¿Cuáles podrían ser los signos del trastorno hipercinético en los niños pequeños justo después de nacer? ¿Cuáles son los síntomas del TDAH en los bebés?

Diagnóstico del TDAH

Hoy en día, el acrónimo TDAH se utiliza en exceso. Cuando un niño es ingobernable, demasiado vivaz, bullicioso, muestra problemas de comportamiento y dificultades de aprendizaje, es fácil etiquetarlo como”niño con TDAH”. Sin embargo, no todos los “matones”, según la percepción popular, deben padecer un trastorno hipercinético. El trastorno por déficit de atención e hiperactividad, según la clasificación de la CIE-10, es un trastorno conductual y emocional que suele comenzar en la infancia y la adolescencia. Los síntomas del TDAH se localizan generalmente en tres esferas del funcionamiento del niño: la esfera emocional, la esfera cognitiva y la esfera motora.

  • esfera emocional

reactividad emocional excesiva; reacciones emocionales inadecuadas a los estímulos; hipersensibilidad; inestabilidad emocional -de la risa al llanto-; irritabilidad, enfado, agresividad; timidez; corta duración de los sentimientos; falta de paciencia; impulsividad; baja autoestima

  • área cognitiva

disfunciones cognitivas; trastorno de déficit de atención; desorientación rápida; problemas de memoria; problemas de aprendizaje; incumplimiento de los deberes; respuestas caóticas; trastornos del lenguaje; retraso en el desarrollo del habla (incumplimiento de las normas gramaticales y estilísticas, pérdida del hilo del pensamiento, dificultad para utilizar las preposiciones, incumplimiento de las normas de conversación, interrupción de los demás); déficits parietales – dislexia, disgrafía, discalculia; trastornos de la coordinación motora; trastornos de la orientación espacial; hablar demasiado rápido y en voz alta; tartamudeo; verborrea excesiva; falta de persistencia en la ejecución de las tareas; pasar de una actividad (juego) a otra sin terminar ninguna; aumento del reflejo de orientación; superficialidad del pensamiento; fatigabilidad rápida; dificultades para planificar las actividades; problemas para establecer contactos con los compañeros; trastornos del sueño.

  • área motora

aumento de la excitabilidad motora; hiperactividad psicomotora; expresión motora excesiva (el niño salta, corre, da vueltas); comportamiento sin rumbo y desorganizado; incapacidad para permanecer sentado; inquietud motora en el área de la motricidad grande y pequeña; realización de muchos movimientos dentro del propio cuerpo (agitar las piernas, morderse las uñas, mover los brazos, etc.); prisa constante; deseo de dominar en un grupo. El TDAH está presente cuando el niño presenta el catálogo de síntomas anterior en todas o casi todas las situaciones y circunstancias. El síndrome hipercinético aparece muy pronto, normalmente en los primeros cinco años de vida del niño. El TDAH es más frecuente en los niños que en las niñas.

Signos de TDAH en los bebés

Aunque el diagnóstico del TDAH no es posible en la primera infancia, hay algunos presagios del trastorno hipercinético ya en el periodo infantil. La mayoría de las veces, los primeros observadores de las señales perturbadoras en el comportamiento de un niño pequeño son sus cuidadores y sus padres. ¿Cuáles son los síntomas axiales del TDAH en los bebés, como la hiperactividad, el comportamiento violento o los déficits de atención? ¿Cómo pueden detectarse? Los niños pequeños no suelen ser capaces de aprender de sus errores, por ejemplo, cuando un niño, mientras perfecciona la habilidad de caminar por sí mismo, se golpea con el borde de la cama, no aprende a pasar ese mueble o a pisar con más cuidado después. El bebé está en constante movimiento, tanto en el ámbito de las pequeñas habilidades motrices (gestos y expresiones faciales vívidas, movimientos rápidos, agitación constante de brazos y piernas, tics extraños) como en el de las grandes habilidades motrices (gatear y caminar rápidamente). Los padres de estos bebés suelen quejarse de la dificultad de su hijo para conciliar el sueño, despertándose varias veces durante la noche con gritos, llantos y chillidos, y la causa no se debe a trastornos intestinales o cólicos. Los trastornos del sueño se refieren a un sueño poco profundo, muy inquieto. También se observa un desarrollo acelerado o retrasado del habla. Los niños muestran un tartamudeo de desarrollo y tienen dificultades para articular los sonidos. Los niños pequeños están emocionalmente agitados, se enfadan y se alteran con facilidad. Es posible observar la falta de rumbo de sus movimientos, la variabilidad de intereses, el rápido aburrimiento con los juguetes. Los bebés con síntomas de TDAH pueden mostrar problemas para comer. El niño no tiene tiempo para comer. A veces se observa un reflejo de succión débil, vómitos, diarrea, ataques de cólico debido a una alimentación ávida y a la deglución de la leche materna demasiado rápida con aire. A veces el TDAH en los bebés puede solaparse con los síntomas del síndrome de Asperger, ya que los niños pequeños pueden no querer que se les abrace debido a la hipersensibilidad táctil. Hasta la fecha, no hay consenso sobre la génesis de los síndromes hipercinéticos. Algunos ven las causas de la enfermedad en los microdaños del SNC, por ejemplo, debidos a complicaciones perinatales. Otros sitúan el origen del trastorno en factores biológicos y alteraciones en la producción de los neurotransmisores norepinefrina y dopamina. Y otros sugieren que la aparición de los síntomas del TDAH se ve favorecida por un entorno educativo incoherente o el uso de castigos corporales. Independientemente de la etiología del trastorno por déficit de atención e hiperactividad, no debe ignorarse ningún síntoma que pueda indicar un TDAH. Si su hijo manifiesta alguno de los síntomas anteriores desde una edad temprana, merece la pena consultar a un psicólogo del desarrollo sobre sus preocupaciones


Fuente

  • https://portal.abczdrowie.pl/adhd-u-niemowlat