El autismo en los niños se describió por primera vez en 1943. El autor de la publicación, Leo Kanner, enumeró entre las características del trastorno

  • retraimiento social;
  • baja implicación en las interacciones;
  • escasa capacidad de comunicación;
  • fuerte apego a un entorno invariable;
  • funcionamiento emocional atípico.

El término“autismo en la primera infancia“, creado por Kanner, sigue siendo utilizado a veces por los profesionales en la actualidad. Su descripción del trastorno ha conformado durante mucho tiempo la idea de que el niño autista tiene grandes dificultades cognitivas y un nivel de inteligencia relativamente bajo. Por ello, muchas personas con una inteligencia dentro del rango normal no recibieron un diagnóstico de autismo ni el apoyo que necesitaban. Poco después, en 1944, se publicó el trabajo de Hans Asperger. Describió un grupo de niños con limitaciones socio-comunicativas similares a las presentadas por Kanner. Al hacerlo, destacó el desarrollo intelectual y lingüístico normal de sus pacientes. También destacó las capacidades y el potencial de sus acusados, llamándolos “pequeños profesores”. El trastorno descrito por Asperger, que era el autismo leve, recibió posteriormente su nombre. En años posteriores, se reconoció que los problemas caracterizados por los dos médicos formaban parte de un grupo más amplio de trastornos del desarrollo integral(trastornos del espectro autista). Los profesionales también modificaron su forma de pensar sobre el TEA. Por ejemplo, la definición de los síntomas más importantes, la terminología de las entidades individuales de la enfermedad o el lugar que ocupa el trastorno en la sistemática han cambiado. Una manifestación del enfoque actual del problema es la undécima revisión de la Clasificación Internacional de Enfermedades de la OMS (CIE-11), que entró en vigor en 2022.


Fuente:

  • https://www.damian.pl/zdrowie-psychiczne/autyzm/