La ansiedad es un término muy general para designar un sentimiento de gran preocupación o malestar. Sentirse ansioso es natural después de que haya ocurrido algo desagradable. Sin embargo, si la ansiedad de un niño dura mucho tiempo y le impide hacer cosas como ir al colegio o ver a sus amigos, entonces tiene un trastorno de ansiedad. Se pueden diagnosticar varios trastornos de ansiedad en los niños. La elección de un trastorno específico depende de lo que más le cueste al niño, pero muchos síntomas se solapan.

¿Cuáles son los síntomas de los trastornos de ansiedad en los niños?

La ansiedad tiene muchos síntomas y puede ser muy diferente de un niño a otro. Estos son algunos de los signos más comunes que indican que su hijo puede estar sufriendo un trastorno de ansiedad:

  • Problemas de sueño
  • Quejarse de dolores de estómago u otros problemas físicos
  • Evitar ciertas situaciones
  • Apego a los padres o cuidadores
  • Problemas para concentrarse en clase o estar muy nervioso
  • Berrinches
  • Falta de confianza en sí mismo

Se pueden diagnosticar diferentes tipos de ansiedad en los niños, dependiendo de lo que más teman.

¿Qué tipos de trastornos de ansiedad pueden darse en los niños?

Trastorno de ansiedad por separación: Los niños se sienten muy ansiosos cuando tienen que estar lejos de sus padres o cuidadores. Esta ansiedad va más allá de lo que suelen sentir otros niños de su edad.

Los síntomas de la ansiedad por separación incluyen

  • Miedo a que los padres o cuidadores enfermen o mueran
  • Negativa a salir de casa o a ir a la escuela
  • Miedo a dormir o a estar solo
  • Pesadillas relacionadas con la separación
  • Síntomas físicos (como dolores de cabeza o de estómago) antes de una próxima separación

En los niños con trastorno de ansiedad por separación, los síntomas persisten durante al menos cuatro semanas.

Trastorno de ansiedad social: Los niños con trastorno de ansiedad social se sienten muy inseguros con otras personas. Tienen tanto miedo a la vergüenza que evitan las situaciones sociales e incluso hablar en clase.

Los síntomas del trastorno de ansiedad social en los niños incluyen:

  • Evitar la mayoría de las situaciones sociales o sentirse mal cuando tiene que participar en ellas
  • Síntomas físicos como temblores, sudoración o problemas respiratorios en situaciones sociales
  • En los niños pequeños, rabietas y llantos en situaciones sociales
  • Teme que los demás vean su ansiedad y le juzguen por ello

Para que un niño sea diagnosticado de trastorno de ansiedad social, su ansiedad debe ser tan grave que interfiera en su vida cotidiana.

Mutismo selectivo: Los niños con mutismo selectivo tienen dificultades para hablar en determinadas situaciones, como en la escuela. Estos niños no sólo son tímidos. Su ansiedad es tan fuerte que se sienten congelados e incapaces de hablar.

Para obtener un diagnóstico de mutismo selectivo, un niño debe:

  • Ser capaz de hablar en algunas situaciones pero no en otras
  • Ha tenido el problema durante al menos un mes
  • Tener problemas en la escuela y en las actividades sociales como resultado

A los niños no se les diagnostica mutismo selectivo si sus problemas de habla están causados por un trastorno de la comunicación o una barrera lingüística.

Trastorno de ansiedad generalizada: Los niños con trastorno de ansiedad generalizada se preocupan por muchas cosas cotidianas. Su ansiedad no está causada por nada en concreto y es lo suficientemente grave como para interferir en la vida diaria.

Los síntomas del trastorno de ansiedad generalizada en los niños incluyen:

  • Ansiedad
  • Sensación de nerviosismo
  • Sentirse cansado la mayor parte del tiempo
  • Problemas de concentración
  • Sentirse enfadado
  • Problemas para dormir

Para que se les diagnostique un trastorno de ansiedad generalizada, los niños deben presentar síntomas la mayoría de los días durante al menos seis meses.

Trastorno de pánico: Los niños con trastorno de pánico tienen ataques de pánico frecuentes e inesperados. Los ataques de pánico provocan sensaciones físicas que pueden hacer que los niños piensen que se están muriendo o que están sufriendo un ataque al corazón. A los niños se les diagnostica un trastorno de pánico si experimentan al menos un ataque de pánico y muestran otros síntomas, como:

  • Miedo persistente a nuevos ataques de pánico
  • Un gran cambio en el comportamiento normal después de un ataque de pánico, como evitar los lugares que le recuerdan el ataque.

Al diagnosticar a un niño con trastorno de pánico, el especialista también descartará causas médicas y otros trastornos como el TEPT.

Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): Los niños con trastorno obsesivo-compulsivo tienen pensamientos y temores que les provocan una gran ansiedad. Desarrollan reglas para sí mismos que creen que deben seguir para controlar su ansiedad.

  • Las obsesiones son pensamientos no deseados que hacen que los niños se sientan nerviosos y ansiosos.
  • Las compulsiones son reglas que los niños sienten que tienen que seguir para librarse de la ansiedad.

Los niños pueden ser diagnosticados con TOC si tienen obsesiones, compulsiones o ambas.

Fobia específica: Los niños que padecen fobias específicas tienen mucho miedo a una o varias cosas concretas. Este miedo implica algo que normalmente no se considera peligroso. Las fobias perturban la vida de los niños, que tratan de evitar lo que temen.

Las fobias más comunes en los niños son:

  • Animales o insectos
  • Elementos del mundo natural, como el agua o las alturas
  • Sangre o disparos
  • Situaciones específicas, como multitudes o espacios reducidos
  • Otros, como vómitos, asfixia o ruidos fuertes

¿Cómo se trata la ansiedad?

Casi todos los tipos de ansiedad se tratan mejor con la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC se basa en la idea de que la forma en que pensamos y actuamos afecta a cómo nos sentimos. Aprendiendo a cambiar los pensamientos negativos y las acciones poco saludables, los niños pueden cambiar su mal humor.

Una parte importante de la TCC para tratar la ansiedad es la exposición y la prevención de la respuesta. En la prevención de exposición y respuesta, el terapeuta ayuda al niño a enfrentarse a lo que le da miedo, poco a poco. Al enfrentarse a la ansiedad en pequeñas cantidades en un espacio seguro, los niños aprenden a enfrentarse a los sentimientos más grandes que surgen.

Para algunos niños, tomar medicamentos contra la ansiedad junto con la terapia aumenta la eficacia del tratamiento.

Más información

  • childmind.org/guide/anxiety-in-children-quick-guide/