Ver a un padre en estado de ansiedad puede ser algo más que una preocupación momentánea para los niños. Los niños se fijan en sus padres para saber cómo interpretar las situaciones ambiguas; si uno de los padres se muestra constantemente ansioso y temeroso, el niño reconocerá que los distintos escenarios son peligrosos. Hay pruebas de que los hijos de padres ansiosos tienen más probabilidades de mostrar ansiedad ellos mismos, probablemente como resultado de una combinación de factores de riesgo genéticos y comportamientos aprendidos.

La idea de que, a pesar de sus mejores intenciones, puede estar transmitiendo su propio estrés a su hijo puede ser dolorosa. Sin embargo, si estás lidiando con la ansiedad y empiezas a notar que tu hijo muestra un comportamiento ansioso, lo primero importante es no dejarse llevar por el sentimiento de culpa. “No es necesario que te castigues,” – dice el Dr. Jamie Howard, director del programa de estrés y resiliencia del Child Mind Institute. “Es una sensación muy desagradable tener ansiedad y no es fácil apagarla.

Pero la transferencia de la ansiedad de los padres a los hijos no es inevitable. La segunda cosa importante que hay que hacer es poner en práctica estrategias que ayuden a evitar la transmisión de la ansiedad a los niños. Esto significa lidiar con tu propio estrés de la manera más efectiva posible y ayudar a tus hijos a lidiar con el suyo. “Si su hijo es propenso a la ansiedad,” – añade el Dr. Howard- es útil conocerlo de antemano y aprender antes estrategias de afrontamiento”.

Afrontar el estrés mediante la atención plena

Puede ser muy difícil transmitir una sensación de calma a un niño cuando está luchando contra su propia ansiedad.

Cuando nos sentimos ansiosos, empezamos a preocuparnos por lo que pueda pasar en el futuro, por todos esos “y si”. Para no dejarse llevar por la preocupación por el futuro, intente practicar la atención plena, una técnica para centrarse en el momento presente. He aquí dos técnicas populares de mindfulness que puedes probar:

Aprieta tus músculos: Empezando por los dedos de los pies, elige un músculo y apriétalo con fuerza. Cuenta hasta cinco. Disminuye la velocidad y nota cómo cambia tu cuerpo. Repite el ejercicio, subiendo por el cuerpo.
Respiración del vientre: Coloca una mano en el estómago y la otra en el pecho. Inhala lentamente desde el vientre (te expandes como un globo) y exhala lentamente (te desinflas).

Puedes intentar practicar la atención plena en los momentos en que te sientas ansioso, pero también es útil dedicar un tiempo a la atención plena todos los días. La práctica regular te ayudará a aplicar estas técnicas con mayor eficacia cuando realmente las necesites, y también te hará sentir más tranquilo.

Conozca sus desencadenantes

Presta atención a lo que desencadena tu ansiedad. Aunque la ansiedad es a veces inevitable, podemos empeorarla si nos obsesionamos con ella. Si eres el tipo de persona que se plantea el peor escenario posible cuando te hace cosquillas en la garganta, usar WebMD puede ponerte aún más ansioso. Del mismo modo, si estás estresado por los acontecimientos que aparecen en las noticias, pasar tiempo leyéndolas -o incluso utilizando las redes sociales- puede hacerte sentir peor. Es una buena idea establecer límites sobre cuándo y cómo nos involucraremos con las cosas que pueden desencadenar la ansiedad.

Si la ansiedad es grave y la práctica de la atención plena y el establecimiento de límites no ayuda, merece la pena consultar a un profesional de la salud mental. Su médico puede ayudarle a desarrollar métodos de afrontamiento del estrés que se ajusten a sus necesidades específicas. Al aprender a tolerar el estrés, le estás enseñando a tu hijo -que recibe señales de tu comportamiento- cómo afrontar la incertidumbre o la duda.

“Una gran parte del tratamiento de los niños con ansiedad” – explica la Dra. Laura Kirmayer, psicóloga clínica- es precisamente enseñar a los padres a tolerar el estrés. Es un proceso simultáneo: implica tanto el manejo de la ansiedad de los padres como el apoyo y el fomento del desarrollo de la tolerancia al estrés en el niño.”

Modelización de la tolerancia al estrés

Una vez que hayas aprendido algunas estrategias de afrontamiento que funcionan para ti, puedes transmitírselas a tu hijo cuando se sienta ansioso. Por ejemplo, si usted trabaja el pensamiento racional en situaciones de estrés, puede practicar las mismas habilidades con su hijo. Dígale: “Entiendo que tengas miedo, pero ¿qué posibilidades hay de que ocurra algo terrible?

Intente mantener una postura tranquila y neutral en presencia de su hijo, incluso mientras trabaja para controlar su ansiedad. El Dr. Howard aconseja: “Sé consciente de tus expresiones faciales, las palabras que eliges y la intensidad de las emociones que expresas, porque los niños te están leyendo. Son pequeñas esponjas y lo recogen todo”.

Explique su ansiedad

Aunque no quieras que tu hijo sea testigo de cada momento de ansiedad, no tienes que reprimir constantemente tus emociones. Está bien -e incluso es saludable- que los niños vean cómo sus padres afrontan el estrés de vez en cuando, pero debes explicarles por qué reaccionaste así.

Por ejemplo, suponga que pierde los nervios porque está preocupado porque su hijo llega a tiempo al colegio. Más tarde, cuando la situación se haya calmado, dile: “¿Recuerdas lo frustrado que estaba esta mañana? Me sentía ansioso porque llegabas tarde a la escuela, y la forma en que lidiaba con esa ansiedad era gritando. Pero hay otras formas de afrontarlo. Tal vez podamos idear una forma mejor de salir de casa cada mañana”.

El Dr. Kirmayer explica que hablar de la ansiedad de este modo permite a los niños sentirse estresados y les transmite el mensaje de que el estrés es manejable. “Si sentimos que tenemos que proteger constantemente a nuestros hijos para que no nos vean tristes, enfadados o ansiosos, les estamos enviando sutilmente el mensaje de que no tienen permiso para sentir esos sentimientos, expresarlos o afrontarlos”. – añade. “En cierto modo, también les estamos haciendo saber que no hay forma de enfrentarse a ellos cuando surgen”.

Desarrollar un plan

Desarrolle estrategias de antemano para hacer frente a las situaciones específicas que le causan estrés. Incluso puedes involucrar a tu hijo en este plan. Por ejemplo, si le preocupa que su hijo se acueste a una hora razonable, hable con él sobre cómo pueden manejar mejor esta estresante transición juntos en el futuro. Tal vez puedas idear un plan en el que tu hijo obtenga puntos de privilegio si sigue su rutina nocturna sin protestar por la hora de acostarse.

Este tipo de estrategias deben utilizarse con moderación: no querrás cargar con la responsabilidad de lidiar con tu ansiedad si ésta impregna muchos aspectos de tu vida. Pero al ver que usted implementa un plan para reducir momentos específicos de ansiedad, le hace saber que el estrés puede ser tolerado y manejado.

Saber cuándo desconectar

Si sabes que una situación te provoca un estrés excesivo, puedes planificar de antemano cómo desconectarte de ella para que tus hijos no la perciban como peligrosa. Por ejemplo, supongamos que la salida del colegio provoca ansiedad. Con el tiempo, le gustaría poder llevar a su hijo al colegio a pie, pero si todavía está en tratamiento, puede pedirle a un copadre o a otro adulto de confianza que se encargue de llevar a sus hijos. “No quieres que el adulto tenga una mirada de preocupación y de inquietud al separarse de tus hijos”. – El Dr. Howard dice. “No quieres que piensen que acompañarlos al colegio es peligroso”.

En general, si sientes que te invade la ansiedad en presencia de tu hijo, intenta tomarte un descanso. Danielle Veith, una ama de casa que escribe en su blog sobre su lucha contra la ansiedad, se toma un tiempo para sí misma y realiza actividades para aliviar el estrés cuando empieza a sentir una gran ansiedad. “Tengo una lista de consejos para lidiar con el pánico que llevo conmigo: salir a pasear, tomar una taza de té, darse un baño o simplemente salir por la puerta al aire”. – dice ella. “Para mí, se trata de tener fe en que la ansiedad pasará, y sobrevivir hasta que lo haga”.

Encontrar un sistema de apoyo

Intentar ser padre mientras se lucha con la propia salud mental puede ser un reto, pero no hay que hacerlo solo. Hay muchas formas de apoyo disponibles en línea, en blogs, foros y medios sociales. El apoyo de otras personas en tu vida también es importante. Puede tratarse de terapeutas, copadres o amigos: cualquiera que le ayude cuando se sienta abrumado o que simplemente le ofrezca palabras de apoyo. “Pertenezco a un grupo de apoyo real, pero también tengo una red de amigos”. – Dice Veith. Con mis amigos, hablo abiertamente de quién soy porque necesito poder acudir a ellos en busca de ayuda”.

Más información:

  • childmind.org/article/how-to-avoid-passing-anxiety-on-to-your-kids/